La celebración negra de Depeche Mode en Lodz

Lodz, Polonia.- De los últimos cuatro conciertos de Depeche Mode entre el 18 y el 24 de febrero, el de Lodz fue el que se realizó en un estadio más grande y, por ello, con tanto público que uno simplemente atinaba a pensar: "Música para las masas".

Había tanta gente en la Atlas Arena que del frío del exterior se pasaba a un calor sofocante tal que se empezó a escuchar el rumor de que el managment de Depeche Mode había pedido que se apagara el aire acondicionado y subir la calefacción. Pero no, simplemente eran las miles de personas aprejutándose para estar lo más cerca posible del escenario. Y eso provocó más desmayos de los que pudiera pensarse incluso antes de comenzar el concierto. Y una vez iniciado los desvanecidos y sofocados continuaron pasando casi uno tras otro.

Pero arriba, en el escenario, las cosas eran muy distintas: Dave saludó al público y casi de inmediato comenzó a girar para llegar directamente hasta donde Martin se encontraba y ahí estallar en una carcajada compartida como si siguieran siendo esos casi adolescentes de Basildon de hace tantos años.

Tanto ellos como Fletch lucieron siempre frescos, sonrientes, felices, simplemente encantados de ver una arena a reventar que se desvivía por ellos. Cosa que animaba a Andy a alejarse de sus teclados y hacer algunos cuantos pasos de baile.

Y apenas en la quinta canción del show llegó uno de los momentos climáticos de la noche, al comenzar "Black Celebration" de cada rincón de la arena comenzaron a surgir globos negros que pronto inundaron el pasillo frente al escenario. Feliz Dave Gahan salió a la pasarela sólo para recibir más y más globos que representaban esa celebración negra que para los fans polacos significaba tener frente a ellos a su banda favorita. Eso hizo que Dave regresara a una orilla del escenario para arrancar la hoja donde algún asistente le había escrito el nombre de la ciudad para responder con ella al público por el detalle de los globos que sin duda le encantó. La euforia era tal que ni el público ni la banda pareció notar que las pantallas lanterales y del fondo tuvieron fallas durante la siguiente canción: "In Your Room". 

Más tarde y con movimientos cadenciosos Martin Gore interpretó "Slow", quizá la canción que se quedó haciendo eco en la cabeza de muchos de los asistentes al concierto por la pasión con la que Gore la interpreta. De ahí pasó a "Blue Dress", con la que de nueva cuenta parecía caerse la arena, como si todos hubieran estado esperando ese momento para grabarlo en sus recuerdos de manera indeleble.

Al regresar al escenario Dave acudió entre cada cada canción a un rincón cerca de la batería de Christian Eigner para limpiarse el sudor, tomar tragos de un par de diferentes bebidas, aclararse la garganta y hasta arreglarse un rebelde calcetín que insistía en resbalarse por su pierna izquierda. Pero apenas escuchaba las notas que indicaban que era su turno de comenzar su actuación se volvía a apoderar del escenario, por fin de mayor tamaño para desplazarse y bailar libremente de un lado a otro.

"Just Can't Get Enough" fue otro de los momentos inolvidables de la noche, no sólo por la energía de la propia canción, también porque mientras Dave Gahan se encontraba al final de la pasarela animando a todos a cantar el coro una y otra vez, Martin permanecía detrás de su teclado viéndolo con una sonrisa divertida y una mirada brillante, como si durante esos momento pensara en la suerte que era contar con un frontman como Gahan y agradeciera por el destino que decidió unir sus carreras. Qué privilegio poder ver esa mirada y esa sonrisa entre cómplice y llena de admiración de Gore hacia Gahan.

Ya sólo faltan 4 conciertos para que termine el Delta Machine Tour y actuaciones como la de ayer en Lodz en verdad se van a extrañar. Hasta pronto Depeche Mode.